domingo, 16 de mayo de 2010

"Los rompe-teclas"

Hablar del sistema político mexicano es adentrarse en un enfrentamiento de ideas y personajes, significa hacer un recorrido por los momentos amargos y dulces de la política.
Tratar de entender el desarrollo de los logros democráticos anhelados por Francisco Ignacio Madero, es contemplar el crecimiento de México durante décadas, su evolución y crecimiento como país, sus héroes y villanos, los grandes líderes que han llevado al sistema hasta el punto en que se encuentra.

Pero no podemos entender la maduración de los sagrados anhelos de un Estado democrático, sin mencionar a uno de los grandes actores que durante años han caminado de la mano con la clase política; los periodistas.

Si analizamos el papel que han jugado los medios de comunicación a lo largo de los grandes acontecimientos del país podemos apreciar que sin su constante participación intentar hablar y descifrar el sistema político no sería posible.

Durante años millones de mexicanos se han enterado de las realidades  e impresiones gracias al importantísimo trabajo que se realiza día con día en los medios. Vale la pena destacar el ejercicio periodístico como una parte medular dentro del mismo sistema político, en este año de mitos y realidades donde son obligatorias las palabras pronunciadas por el Ejecutivo Federal  “celebrar significa también analizar, celebrar significa discutir la historia de México que no ha sido, afortunadamente, ni de ángeles ni demonios, sino de hombres y mujeres como todos, con virtudes, con defectos, con grandes ideales. Dialoguemos y discutamos sobre la historia nacional sin mitos, sin prejuicios, sin exclusiones.”  

Hoy el papel de la prensa no es igual a los años dorados del viejo sistema donde existía una sola regla que se cumplía como mandamiento “no tocarás ni al presidente de la República ni a la Virgen de Guadalupe”. Afortunadamente y para el bien del propio sistema contamos con gente como Carmen Aristegui capaz de hacer temblar a las voces más duras de clase política.

Vemos con valentía los cartones de los moneros ; Hernández, Naranjo, Rictus, Alarcón, Helguera, Paco Calderón, Magú, Carreño, Boligán, Jabaz  El fisgón y  Helioflores.

Prestamos atención a las palabras de Denise Dresser, Macario Schettino, Sergio Aguayo, Enrique Hernández Alcázar, Ricardo Alemán, Jesús Rangel, Martha Lamas, Ana Lilia Pérez, Héctor Aguilar Camín, Julio Scherer, Lorenzo Córdova, Sergio Aguayo, José Cárdenas, Sergio Sarmiento, Katia D´artigues, Diego Osorno, Olga Pellicer, Félix Fuentes, Denise Maerker, Julio Hernández, Jairo Calixto, Olga Wornat, Lydia Cacho,  Alán Arias, Sabina Berman, Ricardo Raphael, Federico Arreola, Joaquín López Doriga, Mardonio Carballo, Thelma Gómez, José Gil Olmos, Rosalía Vergara, Ernesto Villanueva y el maestro Miguel Ángel Granados Chapa.

El periodismo es uno de los pistones del motor mexicano, y no podemos entender al sistema y sus fallas sin estos hombres y mujeres, quienes gracias a su esfuerzo y compromiso con la verdad y la “objetividad” demuestran que podemos salir de esta tragicomedia mexicana en la cual vivimos.

Estas líneas no son alabanzas a los citados antes, es una crítica y un llamado a todo mexicano que posee una pluma y la capacidad de contar la realidad. Es un grito de auxilio pues el trabajo de cada uno de ellos nos llevará a la cita que el país tiene pospuesta con el destino.
Día a día su trabajo genera los despertares de la mente, y generan opiniones y debate, de nada sirve que en un único diario se publicaran sus columnas, artículos y colaboraciones si nadie las leyera o las escuchara.

El sistema político mexicano de nada sirve sin ustedes, porque díganme quién nos va a contar de los malos manejos del erario, del nepotismo y la impunidad, de los secuestros, la corrupción, desapariciones, el catastrofismo, de los daños colaterales y sus derivados.

Vivimos tiempos obscuros pero aún existe la luz, y ustedes tienen el peso en sus hombros, no olviden qué representa hoy su voz y escritura pues son ustedes quienes a diario cuentan la realidad.  El periodismo y el sistema político son complementos, un Presidente sin micrófono no es legítimo, y un periodista sin entrevistador no tiene nota.

Les invito a analizar el papel que hoy juega aquel que tiene el medio para dar su opinión y las repercusiones que esto tiene, esa divinidad llamada ética habrá que pensar en sus dimensiones. Prensa y poder  cuánto daño le ha hecho a este país, celebremos el bicentenario y el centenario bajo un solo lema, soñemos en libertad y caminemos a los ideales siempre en aras de la verdad.

1 comentario:

Espacio Nacional dijo...

Después de leer este artículo, no puedo sino que concordar en todas sus partes con lo aquí expresado. Más aún, el autor afirma que gracias al Periodismo y a los periodistas, es posible hoy en día conocer más la realidad de su país, México, Lindo y querido; con todas sus virtudes y limitaciones....que es posible entre todos los actores sociales de su pueblo y de todos los pueblos en general, agregaría yo, mejorar lo que es susceptible de mejorar y subsanar los errores que la misma sociedad, ha cometido eventualmente.
Qué tan cierta es esa aseveración, que hoy en día y quizá desde hace mucho, al buen periodismo, se le conoce como el Cuarto Poder de Un Estado, pues son capaces, muchas veces de hacer converger en su delicada actividad, la legislación, la justicia y la administración del Estado.
Es decir, muchas veces gracias a los periodistas, debido a sus publicaciones, investigaciones que por lo general son acusiosas, informadas, veraces y reales, han sido merecedoras de más de una Ley en cualquier Estado del Mundo...en más de alguna oportunidad, gracias a un escrito en la prensa, la justicia, no se ha equivocado o a tenido a la vista, al menos; una publicación determinada y que de alguna manera demuestra una verdad sin lugar a dudas; en más de una ocasión el trabajo periodístico ha motivado al Poder Ejecutivo a actuar en determinada dirección en beneficio de la sociedad a la cual se debe.
De ahí radica la importancia del periodismo y del periodista, que es en definitiva, el que a diario va escribiendo la historia de su pueblo, de su nación y del mundo.
Son los que plasman el ahora, para que mañana sea conocido, por nuestros hijos y nietos como testimonios indesmentibles de las realidades de un tiempo o época determinada.
Este mérito que debe ser reconocido por toda la sociedad, a través de una real y efectiva Libertad de Prensa, de opinión y de investigación tanto a entes públicos y privados, lleva consigo una enorme responsabilidad social, que el buen periodista, no debe jamás sustraerse y menos venderse.
Mientras más independiente a la realidad sea, mientras más objetivo sea, la sociedad lo percibirá como creíble, confiable y como una inagotable fuente de información veraz, oportuna y calificada.
No soy nadie ni tampoco digno para felicitar a Rodrigo Hernández López, pero a pesar de mi ignorancia, de mis tantas limitaciones, me atrevo con inmensa humildad a congratular a este insigne periodista, por su trabajo, por este artículo y colaboraré desinteresadamente en difundir su palabra, sus escritos, pues están cargados de verdad y credibilidad, objetividad y fundamentalmente y creo que es lo mejor de todo...de POSITIVISMO... y eso de por sí lo hace meritorio y digno de leer.
Atte. Fernando Rodríguez Guzmán, Chile