lunes, 2 de diciembre de 2013

La legitimidad de Peña Nieto a través de la fotografía

Por Rodrigo Hernández López



Este 1º de diciembre se cumple el primer aniversario de lo que predijo la Profecía de Atlacomulco. A lo largo de 365 días el objetivo del Gobierno Federal ha sido transmitir una imagen perfecta de Enrique Peña Nieto como Presidente de la República.



Los fotógrafos de la Presidencia han recurrido al blanco y negro, a las tomas abiertas, al encuadre cerrado y hasta la manipulación digital, para que los mexicanos no olviden la principal figura mitológica mexicana: el Presidente.



Carlos Salinas de Gortari fue el primer mandatario en usar el marketing político para orientar a la opinión pública a través de la propaganda política, ahora que el partido tricolor regresó al poder tras 12 años de gobiernos panistas quiere a través de la fotografía asegurar la continuidad de los sexenios priístas.



Tanto ha sido su empeño que hasta uno de los periódicos más críticos del sistema sucumbió a la estrategia. El pasado 3 de febrero en medio de las crisis por la explosión en Pemex, La Jornada mostró en su primer plana una enorme fotografía del mandatario con una clara cara de preocupación y con el titular: “Peña Nieto deja asueto y anuncia: 34 muertos”.



Pero a pesar del esfuerzo de legitimar una imagen presidencial empañada por la sombra del fraude, la fotografía también ha logrado captar la verdadera esencia de Peña Nieto. Así lo demostró la imagen del fotógrafo de Proceso, Germán Canseco cuando en el evento Entrega de Espada y Sable, el secretario de la Sedena, Salvador Cienfuegos realizó el saludo marcial al Ejecutivo y este lo quiso saludar de mano.



Tanta es la preocupación del gobierno de tener una imagen perfecta del mandatario que la fotografía oficial presidencial de Peña Nieto costó 376 mil 420 pesos y fue realizada por Héctor Armando Herrera Peralta el fotógrafo de cabecera del ex gobernador del Estado de México y primo de los actores de Televisa, Raúl y Armando Araiza.



Herrera Peralta fundó la empresa HAH Corporate & Architectural Photography, y es autor de los retratos oficiales presidenciales de Felipe Calderón, Vicente Fox, Carlos Salinas de Gortari y Miguel de la Madrid. El retrato de Calderón costó 243 mil pesos.



La página web de la Presidencia contiene luego de un año de gobierno, cerca de 8 mil fotografías de los distintos eventos que el mandatario ha realizado, casi todas estas han sido difundidas en las distintas plataformas digitales, tanto en el Facebook, como el Twitter donde en más de una ocasión ha quedado demostrado la urgencia de legitimar al gobierno mediante fotografías espectaculares para demostrar como Peña Nieto está “moviendo a México”.




Ante esta estrategia del poder, vale la penar recordar lo que la fotógrafa italiana Tina Modotti escribió en 1929: “la mala fotografía se debe entender aquella que está hecha, se podría decir, con una especia de complejo de inferioridad, no apreciando lo que la fotografía tiene de suyo, de propio, y, en cambio, recurriendo a toda clase de imitaciones, dando estas obras la impresión de que el que las hace tiene casi vergüenza de hacer fotografías y trata de esconder todo lo que hay de fotográfico en su obra, sobreponiendo trucos y falsificaciones que sólo pueden agradar a los que tienen un gusto pervertido”.



NOTA: Todas las fotografías han sido tomadas de la página de la Presidencia de la República.

sábado, 23 de noviembre de 2013

Más preguntas que respuestas en el twitter del hijo del Chapo Guzmán

Por Rodrigo Hernández López

“Las mujeres y las armas del hombre son su pasión, aviones y camionetas, blindajes de protección, por aire o por carretera, siempre navega el señor”, está es una de las estrofas del narcocorrido El Autógrafo de interpreta El Compa Chuy en alusión a Joaquín El Chapo Guzmán, el otrora líder del Cártel de Sinaloa.

Serafín Sera Zambada Ortiz, hijo de Ismael El Mayo Zambada, uno de los líderes del cártel de Sinaloa, fue detenido el pasado miércoles 20 de noviembre en Estados Unidos, arrestado en el paso peatonal del puerto de entrada Dennis DeConcini en Nogales, Arizona.

Tras su detención se dio a conocer que en su cuenta de twitter el hijo del capo subía fotos sobre los lujos que se puede dar, gracias a los frutos económicos que deja el negocio de las drogas.

Pero no sólo su cuenta @ZambadaSerafin mostró sus excesos, sino que revisando su historial se encontró con la cuenta de @AlfredoGuzma quien aparentemente es el hijo del Chapo.

La cuenta de Alfredo Guzmán dice “Vendo naranjas como mi apa pendiente de mi tiendita” y en ella se pueden observar fotos de Badiraguato, una ciudad del estado de Sinaloa cuya fama se debe a qué ahí nació el famoso capo.

Pero lo que muestran las fotografías del twitter, abren un mar de preguntas más que respuestas sobre la vida de los narcotraficantes.

La revista Spleen Journal que es liderada por jóvenes periodistas independientes a lo largo del país, destacó una fotografía del Chapo.



“A través de una cuenta en twitter, quien se declara como Alfredo Guzmán Salazar, hijo del afamado narcotraficante Joaquín El Chapo Guzmán, se dio a conocer una presunta fotografía inédita del capo fechada desde el 19 de septiembre del presente año, perteneciente al famoso sinaloense que aparece montado en un caballo negro, vestido con pantalón y camisa obscura.

En ella advierte: “No tengo autorización de subir fotos mias ni de mi apa pero se los prometí ahí esta el que me dio la vida J.A.G.L.”, escribió haciendo alusión a las siglas de quien es señalado como el jefe del Cártel de Sinaloa”.

Hay que recordar que el pasado 18 de junio del 2013, el periodista Jenaro Villamil informaba que “IBM y HP negocian desde hace meses con el CISEN un ambicioso contrato, cercano a los 230 millones de pesos, para echar a andar un sistema de vigilancia entre los mexicanos, a través de otras empresas contratistas involucradas en el proyecto.

La negociación se ha realizado a través de funcionarios como Raymundo Reyes, responsable de Tecnologías de Información, y de Cossío Ramos, el mismo personaje que se “infiltró” en el #YoSoy132, haciéndose pasar como un empresario de las páginas web”.

Si ya existe una aproximación del Cisen para espiar las redes sociales ¿sabía el gobierno mexicano de la existencia de estas cuentas? Y si lo sabe ¿por qué no iniciado las investigaciones pertinentes sobre lo publicado ahí?

@AlfredoGuzma publicó el pasado 7 de octubre una foto que muestra una arma de grueso calibre con el título “Armas largas con los tubos equipados”. ¿Cómo es que entra este armamento al país sin que nadie lo detecte?



Otra fotografía subida el mítico 2 de octubre dice “Hoy si me la pase machin con estos plebes el Luiz el cheyo el 1 5 al putason @Cheyooeliseo” ¿En dónde se compran los vehículos que se muestran en la foto? ¿Acaso la PGR no sabe nada de esto?



En una fotografía con fecha del 14 de septiembre se lee “3 millones apostados a él chavalon”. El boxeador Saúl Álvarez mejor conocido como El Canelo peleó el 15 de septiembre contra Floyd Mayweather en Las Vegas. En un comentario fechado el 15 el hijo de El Chapo afirmaba que había ido a Las Vegas.



¿Acaso la Secretaría de Transportes no tenía conocimiento en las aduanas del despegue de alguna aeronave sospechosa que iría a famosa ciudad del pecado en pleno día de la Independencia?

En otra imagen subida el 26 de agostó se muestran tres avionetas, en una de ellas se alcanza a ver la matrícula de número: PT-10J.



¿No existe un itinerario de vuelo sobre la aeronave del cuál tenga conocimiento la PGR, la Marina o el Ejército?

Una de las múltiples imágenes que están en la cuenta, muestra lo que parecen ser dos elementos de la Secretaría de Marina el pie de foto dice “Mi gente de respaldo”.



El 21 de agosto subió otra instantánea con la leyenda “Zapopan Jalisco”, ¿a caso nadie sabe en dónde se ubica esta construcción?



¿Las fuerzas de inteligencias del gobernador Aristóteles Sandoval no tienen conocimiento de ello? ¿Y si no saben nada, entonces qué están haciendo por la seguridad?

El 24 de junio el Presidente Enrique Peña Nieto participó en el Acto de Apoyo a las Empresas y Emprendedores en Los Pinos, y ahí afirmó que este año se destinarían 9 mil millones de pesos a través del Instituto Nacional del Emprendedor para apoyar la creación de las micro, pequeñas y medianas empresas.

Un día después el hijo de El Chapo Guzmán escribía en su cuenta "Contar dinero no es facil chavalos".



Uno de los fotogramas más reveladores es donde se muestra a un hombre de espaldas y el pie de foto dice “Don @R_caroquintero”, Rafael Caro Quintero fundador del Cártel de Guadalajara y el hombre acusado de matar al agente de la DEA, Enrique Kiki Camarena en 1985 salió de prisión el pasado 9 de agosto, la fotografía que subió quien afirma ser el hijo del Chapo fue subida el 18 de ese mes, tan sólo una semana después de la salida del R-Uno.



Aunque la imagen no muestra el rostro del hombre, esto daría pie a pensar que Caro Quintero se encuentra en Sinaloa y mantiene relación con el hijo del Chapo Guzmán o incluso con el mismo capo.


A punto de cumplirse el primer año de gobierno de Enrique Peña Nieto como Presidente de México y aunque el discurso oficial declare que la estrategia contra el narcotráfico está dando resultados positivos, la realidad muestra que tanto los gobiernos panistas como el priísta han fracaso en ocultar una realidad que muestra cada vez un México encaminado a convertirse en un Narco-Estado.

jueves, 12 de septiembre de 2013

Todo inició el 11 de septiembre de 1973 (Parte II)


Por Rodrigo Hernández López

A finales de los años setenta y principios de los ochenta, la DEA operaba en México con la bendición del gobierno Mexicano que ya encabeza José López Portillo.  En declaraciones a la prensa el 25 de febrero de 1978, el general Félix Galván López quien era en ese entonces titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), declaraba que de 1970 a 1976 los datos oficiales reportaban que se habían destruido 65 mil plantíos de adormidera, más de 46 mil de mariguana y se habían detenido a más de 18 mil hombres.

Como lo afirmaba Galván López, la Operación Cóndor era todo un éxito. El operativo que inició en enero de 1977 y que concluyó en enero de 1987 estuvo encabezada por 23 comandantes, quienes a lo largo de 10 años y de acuerdo con datos de la Sedena entregados por una solicitud de acceso a la información pública solicitado en 2008, había logrado un total de 224 mil 252 plantíos destruidos.

Al frente de las tropas, el sistema político había confiado el combate al crimen organizado a distinguidos personajes, pero ningunos tan importantes como tres oscuros hombres; José Hernández Toledo, Roberto Heine Rangel y Manuel Díaz Escobar.

El primero dirigió el operativo contra los estudiantes en la Plaza de las Tres Culturas el 2 de octubre de 1968.  El segundo fue una de las piezas claves durante el período conocido como “Guerra Sucia”, pues era uno de los encargados de la desaparición forzada de los disidentes del régimen. Por último Díaz Escobar fue el jefe del grupo conocido como los “Halcones”, quienes perpetraron la matanza del jueves de corpus el 10 de junio de 1971.

La famosa zona que une a Chihuahua, Durango y Sinaloa.


La Operación Cóndor por un lado destruía los plantíos en el Triángulo Dorado, pero por otra parte permitió el nacimiento de los grandes capos de la droga. Un hombre llamado “El Informante” le reveló a la periodista Anabel Hernández la siguiente historia:

“En 1970 no existía el término “cártel”, existían sólo las “clicas”, que se dedicaban a sembrar, transportar y cruzar al otro lado de la frontera la mariguana y la goma…Eran los años de la guerra de Vietnam y el gobierno de Estados Unidos permitía la actividad del narcotráfico para surtir de estimulantes a sus soldados en el frente de batalla y para los que regresaban a su país con la adicción ya generada”.

La entrevista fue realizada en 2010, ahí El Informante contaba que en esos tiempos “había 600 agentes federales para todo el país, con 15 o 20 ayudantes”, estos eran conocidos como “madrinas” y refirió que jamás aparecían en la nómina federal pero “eran un grupo indispensable para su funcionamiento actuando en la ilegalidad y falta de control”.

Relató entre otras cosas que “no había viáticos, ni dinero para equipos”, pero que “los recursos se obtenían a través de peleas de gallos, carreras de caballos y del narcotráfico”. Entre el humo del cigarro relató “eran los tiempos en que el gobierno tenía bajo un control casi total la siembra y el trasiego de la droga. No había casi ningún cargamento que no pasara por el permiso y la vigilancia del Ejército, de la Dirección Federal de Seguridad y la Policía Judicial Federal”.

“El control consistía en estar “arreglado”…para sembrar 50 hectáreas se requería el permiso del jefe de la zona o la región militar”. Cuando la cosecha estaba lista relata El Informante, se transportaba la droga a un centro de acopio, de ahí se solicitaba permiso para enviar el cargamento a la frontera.

“Había la orden precisa de que ni un kilo podía quedarse en el país. No había venta al menudeo”. Semejante revelación era en si ya una gran historia, pero no sólo eso relató algo más grande, una ruta, una ruta de una maleta.

“Los narcotraficantes le pagaban una especie de “impuesto” al gobierno federal para dedicarse a esa actividad. Se pagaban 60 dólares por cada kilo: 20 dólares eran para el jefe de la zona militar, 20 dólares para la Policía Judicial y los otros 20 para la Dirección Federal de Seguridad (DFS)”.

Mensualmente una maleta recorría el país “hacía su viaje desde abajo, desde los que directamente cobraban el dinero hasta la oficina del procurador…se perdía de mano en mano hasta llegar a Los Pinos. Los impuestos de los narcos crearon fortunas de la noche a la mañana de funcionarios y empresarios en México”. En Estados Unidos el dinero obtenido por los impuestos “fue destinado a la lucha contra los movimientos subversivos”.

En los años de la paz pactada, quienes pagaban impuestos puntualmente eran; Miguel Ángel Félix Gallardo, Ismael “El Mayo” Zambada, Pablo Acosta Villareal, Juan José Quintero Payán, Juan José Esparragoza y Ernesto Fonseca Carrillo, mejor conocido como Don Neto.

Una vez más Estados Unidos metía sus manos y movía los hilos de la política mexicana a su favor. Desde 1973 la DEA operaba en México, pero fue la Agencia Central de Inteligencia (CIA) quien llegó al país desde 1951 y utilizó a tres informantes claves dentro del sistema político; Adolfo López Mateos, Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría. El primero fue conocido como Litensor, Díaz Ordaz como Litempo-2 y Echeverría como Litempo 8; además de ser informantes de la agencia, los tres coincidieron en el mismo trabajo, fueron Presidentes de México.

López Mateos eligió en la sucesión presidencial a Díaz Ordaz, quien a su vez le heredó el poder a Luis Echeverría.


La CIA tenía un objetivo claro al llegar a suelo mexicano; sería su base de operaciones contra amenazas como el comunismo. El periodista Manuel Buendía documentó gran parte de la historia negra de la agencia en un libro titulado; La CIA en México.

Cuando El Informante contó su historia además de revelar datos para el entendimiento del crimen organizado, dio algo muy importante: fechas. Al cruzar datos, su historia concordaba con un evento, un caso conocido como el escándalo Irán-Contra.

El hecho histórico conocido tan sólo como la Contra, ocurrió entre 1985 y 1986, durante ese periodo el gobierno de Estados Unidos vendió armas al gobierno de Irán durante su guerra contra Irak. Pero además financió el movimiento armado creado por EU, la Contra nicaragüense para acabar con el gobierno sandinista de Nicaragua.

Tanto la Contra como la venta de armas fueron operaciones prohibidas por el Senado norteamericano. En su búsqueda por combatir el comunismo en América Latina, Estados Unidos derrocó a Allende pero además usó el dinero proveniente del narcotráfico para financiar esas operaciones.

Mientras el discurso gubernamental se jactaba del éxito contra el crimen organizado, la realidad era que había una paz pactada en México, ese pacto permitió que en esas décadas el narcotráfico plantara sus raíces y se extendiera por todo el territorio.

A raíz de la implementación de la Operación Cóndor, llegaron procedentes de Sinaloa a Jalisco, Amado Carrillo Fuentes, Héctor “El Gûero” Palma, Miguel Ángel Félix Gallardo y el siniestro Rafael Caro Quintero, quien jugaría un papel preponderante en el Caso Camarena.


Los ecos de ese obscuro pasaje son una pieza toral dentro del rompecabezas del tráfico de drogas y la corrupción de la clase política. 

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Todo inició el 11 de septiembre de 1973 (Parte I)


Por Rodrigo Hernández López

Hoy se cumplen 40 años de un hecho que modificó la realidad política de América del Sur, pero en especial de México. Es la historia del inicio del fin y de los caprichos del destino.

Una llamada despertó al Presidente ese martes  a las 6:15 am en su residencia personal, “¿qué pasa?”, preguntó el mandatario. Le informan que la Marina se ha sublevado.  Una hora después enfundado en un traje negro y recién bañado, sube al auto y ordena al chofer dirigirse al Palacio.  Durante el trayecto recibe la información de que el Ejército, respalda al Gobierno.

A las 7:55am en los radios su voz retumba “Les habla el Presidente de la República…informaciones confirmadas señalan que un sector de la marinería habría aislado, una ciudad y estaría ocupada, lo cual significa un levantamiento en contra del gobierno, del gobierno legítimamente constituido, del gobierno que esta amparado por la ley y la voluntad de los ciudadanos”.

“Como primera etapa tenemos que ver la respuesta, que espero sea positivo de los soldados de la patria que han jurado defender el régimen establecido, en todo caso yo estoy aquí, en el palacio de gobierno y me quedaré aquí, defendiendo el gobierno que represento por la voluntad del pueblo”. A las 8:03 am hace la que será su última aparición pública en un balcón presidencial.

A las 8:42 de la mañana, las fuerzas armadas declaraban por radio “que el señor Presidente de la República, debe proceder a la inmediata entrega de su alto cargo a las fuerzas armadas”. Tan sólo ocho minutos más tarde, la respuesta a la solicitud llegaba por el mismo canal de comunicación: “Se insta a renunciar al Presidente de la República, no lo haré”.

Entonces le hablaba a la historia “siempre estaré con ustedes, tengo fe, superarán otros hombres este momento gris y amargo donde la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pasa el hombre libre para construir una sociedad mejor”.

“Estas fueron mis últimas palabras y tengo la certeza de que mi sacrificio no será en vano, tengo la certeza de que por lo menos será una lección moral que castigará las felonías, la cobardía y la traición”.

En las inmediaciones del Palacio, tanques se aglutinan. Las botas negras de los soldados empiezan a rodear las calles. El miedo y la tensión invaden la atmósfera. Y entonces se escucha el canto de las ametralladoras. El aliento a muerte comienza a llegar.

Minutos después del medio día, el viento se rompía por el sonido de dos aviones. El piso retumbó, el bombardeo aéreo había llegado. El polvo se levantaba, los muros caían, lo vidrios de las ventanas explotaban. Cinco veces se había atacado el recinto.

El fuego se hacía presente en las ruinas de la sede del poder. Los militares entran al primer piso del inmueble, buscaban a las 26 personas que se encontraban ahí. Todo había terminado. “¡Presidente!, ¡el primer piso está tomado por los militares! ¡dicen que deben bajar y rendirse!”. Él contesta “¡Bajen todos! ¡dejen las armas y bajen! Yo lo haré al último”.

Como lo prometió, bajó. Pero cubierto por una manta y en una camilla militar custodiada por soldados. Había muerto, en el lugar donde residía el poder presidencial. Se suicidó antes de caer en las garras del enemigo.

Ese mismo miércoles mientras el gobierno de Salvador Allende, Presidente de Chile, caía ante el golpista Augusto Pinochet y el sueño de conducir un país hacia el socialismo se desintegraba, a siete mil kilómetros de ahí, en la Ciudad de México se llevaba a cabo una reunión que marcaría el destino para Latinoamérica.

Salvador Allende fue Presidente de Chile del 4 de noviembre de 1970 al 11 de septiembre de 1973.

El 1° de julio de aquel 1973, en Estados Unidos era fundada la Administración de Control de Drogas, la DEA por sus siglas en inglés. Por lo que el entonces mandatario estadounidense, Richard Nixon quería que su nueva compañía empezara a trabar en un punto estratégico; México.

Mientras Salvador Allende luchaba contra los militares opositores a su régimen, en la Ciudad de México, el entonces procurador general, Pedro Ojeda Paullada, junto con el presidente mexicano Luis Echeverría, de quien alguna vez Allende se referiría a él como “un gobernante con visión de futuro que se expresa en el lenguaje del pueblo”, sostenían una reunión en privado con el embajador norteamericano, Robert H. McBride.

El motivo del encuentro era entregar una carta que había escrito el mismo Nixon dirigida a Echeverría donde pedía su colaboración para que los agentes de la DEA comenzaran a operar en el territorio mexicano.

Los recientes claves filtrados el pasado 8 de abril por Wikileaks, y bautizados como los “Cables Kissinger”, debido a que son parte de los informes durante el periodo en que Henry Kissinger era el secretario de Estados Unidos y que comprenden el periodo de 1973-1976, dan cuenta del inicio del origen de los grandes capos de la droga y de la repercusión de esa reunión el 11 de septiembre.

Durante la reunión McBride subrayó la importancia de localizar y destruir los plantíos de amapola en Sinaloa. Realizando sobrevuelos, en un programa conjunto entre la DEA y la NASA denominado Compass Trip (Brújula de viaje), se usarían escáners de detección remota para encontrar los campos de enervantes.

Pero no sólo eso, se propuso implementar el Plan Canador (Canador, era una palabra inventada, en fusión de cannabis y adormidera, como se conoce a la amapola), que consistía en destruir los campos de amapola y marihuana en 36 zonas militares y entrenar a elementos de la Policía Judicial Federal para que aprendieran a obtener información de inteligencia.

Robert McBride fue embajador en México de 1969 a 1974.


En uno de los reportes Kissinger se lee que “aunque ninguna decisión fue tomada, el presidente Echeverría demostró gran interés a las propuestas y las turnó al procurador general para su posterior estudio. Se acordó que encuentros posteriores serían realizados y planificados entre el fiscal general y Ojeda Paullada hacia finales de octubre”.

 A raíz de esa reunión y en años posteriores, el gobierno norteamericano vio el fruto de la reunión de 1973 hacia finales de 1975, cuando la Operación Trizo vio la luz verde en la zona conocida como el Triángulo Dorado, territorio estratégico que comprenden los estados de Chihuahua, Durango  y  Sinaloa.

A dicho plan le fueron asignados cinco aviones de la DEA piloteados por pilotos mexicanos que ubicaron y destruyeron los plantíos y fue vigilada por la agencia norteamericana hasta 1976. Un cable reportaba que había cerca de “7 mil campos de opio listo para ser cosechados”.

Llegado el tiempo de la sucesión presidencial, José López Portillo implementó la Campaña Permanente de Erradicación, y Trizo se convirtió en el antecedente de la Operación Cóndor, que buscaba la destrucción de los campos de cultivo en el Triángulo Dorado, lo que generó que los Cárteles de la droga, emigraran en los años ochenta al estado de Jalisco.


Echeverría no sabía que la decisión de permitir que los agentes de la DEA operaran en territorio nacional, le costaría muy caro al país. Al final, siempre hay manos hábiles que desnudan la verdad y 40 años después podemos empezar a comprender el origen del nacimiento de los grandes capos de la droga y de la muerte de ese sueño llamado México.


viernes, 22 de marzo de 2013

La inoportuna muerte de un candidato


Por Rodrigo Hernández López


El velorio del candidato en el auditorio Plutarco Elías Calles del PRI.

Si no querían que fuera Presidente, ¿por qué tenían que matarlo?
-Porque Dios así lo quiso, mijita-
 ¿Qué Dios no quería que mi tío fuera Presidente?

Esas fueron las preguntas que pronunció Brenda Teresa Colosio Elizalde, en el templo de Santa María en Magdalena de Kino, Sonora, donde nació su tío, el candidato presidencial priísta Luis Donaldo Colosio, quien murió asesinado la tarde de un miércoles 23 de marzo de un año que ya pasó.

Para el imaginario colectivo al autor material del crimen fue nada más y nada menos que el entonces Presidente, Carlos Salinas de Gortari.

Para otros fue su contrincante político en ese entonces, Manuel Camacho Solís quien hiciera un berrinche luego de que el “destape” no le favoreció. Hay quien afirma que fue un atentado por parte del crimen organizado.

Colosio, Zedillo, Salinas y Camacho Solís, las sonrisas se quitarían. 

Las investigaciones que emprendieron  los fiscales especialmente designados a la investigación: Miguel Montes (marzo de 1994), Olga Islas (julio de 1994), Pablo Chapa Bezanilla (diciembre 1994) y Luis Raúl González Pérez (agosto de 1996), quedaron registradas en el Informe de la investigación del homicidio del licenciado Luis Donaldo Colosio y consta de cuatro volúmenes; I.- El crimen y sus circunstancias; II.- El autor material; III.- Posibles cómplices y encubridores y IIII.- Entorno político y narcotráfico.

El informe consta de 68 mil fojas, 174 tomos y mil 993 declaraciones  dentro de las que destacan la de los ex presidentes Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo; el dueño del periódico El Universal; Juan Francisco Ealy Ortiz; el periodista Federico Arreola; el ex jefe de gobierno Marcelo Ebrard y su padre político, Manuel Camacho Solís.

La triada del poder.

El famoso discurso que Colosio pronunció el 6 de marzo de 1994 en el marco del aniversario del PRI, fue tomado como un rompimiento entre el candidato y el Presidente Salinas. De acuerdo con el testimonio escrito que hiciera Salinas de Gortari en el marco de las indagatorias de la investigación muestra que para el Presidente no hubo sentimiento de ruptura:

Sobre el discurso que pronunció, y del cual se han querido hacer infundadas interpretaciones, me permito comentar lo siguiente: la historia de las campañas presidenciales del PRI muestra que los candidatos van tomando su propio perfil, lo que se refleja en sus pronunciamientos públicos. Luis Donaldo Colosio y yo comentamos en diversas ocasiones sobre los cambios y las adecuaciones que requería la estrategia de desarrollo. Él se proponía llevarlos a cabo. Sobre la oportunidad de pronunciarse sobre ellos, ésta se va dando durante las propias campañas. Yo mismo le hice llegar a Luis Donaldo el comentario, a fines de enero de 1994, que le convendría distanciarse más del gobierno, a pesar de que él se sentía tan comprometido con las políticas de la administración. Se me hizo saber que en la campaña había quienes no compartían la sugerencia sobre esa distancia. El mismo candidato era renuente a hacerlo, en gran medida por sus enormes cualidades de convicción, lealtad, buena fe y firmeza. En todo caso, aquel discurso que se  ha señalado como significativo de una separación o un distanciamiento nuestro, me lo hizo llegar antes de pronunciarlo y yo de ninguna forma me opuse a que procediera como él lo tenía dispuesto.

Aunque de acuerdo con la declaración de quien fuera el cronista de la campaña para el periódico La Jornada, José Ureña, sobre lo sucedido antes de que Colosio pronunciara el discurso en el Monumento a la Revolución, el candidato dejó ver que había una ruptura.

De acuerdo con el testimonio de Ureña, declaró que existía el rumor de que el Presidente Salinas asistiría al evento y le preguntó sobre ello a Colosio, a lo que Luis Donaldo contestó que “no, él ya no va a ir a ningún acto del partido” y que tras decirlo se mostró un sentimiento de tristeza en el rostro del candidato.

Ureña también afirmó que el periodista Miguel Reyes Raza le cuestionó “¿oiga, nada más  usted vio su discurso?” y él respondió que sí, que lo había terminado la noche del 5 de marzo.

Incluso Don Julio Scherer relató en su libro Estos años:
 ¿Conoció el presidente tu discurso antes de que lo pronunciaras?
-Espero que me comprenda-
¿Conoció tu discurso?
-No-

"El gran reclamo de México es la democracia", dijo el candidato el 6 de marzo. 

Incluso el hoy senador del PRI, Emilio Gamboa Patrón, declaró que el propio Colosio dijo en una ocasión “¿Qué le hecho yo al señor Presidente?”, en referencia al apoyo que le daban a Manuel Camacho Solís quien fue designado el comisionado para encontrar la paz entre el gobierno y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).

En 1997 el chileno Luis Eduardo Silva de Balboa, dio a conocer que presenció una reunión que se efectuó el 1 de marzo de 1994, en una casa en Las Lomas, donde estuvieron entre otros, José María Córdoba Montoya, Jefe de la Oficina de la Presidencia; el profesor Carlos Hank González; Raúl Salinas de Gortari y el empresario Claudio X. González.

De acuerdo con el empresario Silva de Balboa la reunión fue ríspida, de reclamos. Oyó decir “mira lo que está ocurriendo y lo que puede ocurrir si esto sigue”. Y que al jefe de la oficina de la Presidencia le dijeron “ahí tienes a tu gallo”, a lo que Córdoba respondió “no es mi gallo, es el candidato del partido”.

Y que además escuchó decir “ese hijo de la chingada, malparido, cabrón”, y que los reclamos iban entorno a la persona de Córdoba “tú nos metiste en esto, no vengas ahora a justificarte, no eludas tu responsabilidad”. En ese momento José María contestó “esto es algo que se puede arreglar”.

Luis Eduardo comentó que esa reunión había sido el momento más desagradable que le había tocado vivir en mucho tiempo y que oyó algo que no podría olvidar, que dijo Córdoba, “espero que cada uno de los presentes en esa reunión tenga un motivo para justificarse, llegado el momento”.

Silva de Balboa abandonó el país por sugerencia de Córdoba al día siguiente del cónclave en Las Lomas, quien le proporcionó un pasaporte falso para dejar México y un boleto de avión a Miami. Al llegar a territorio norteamericano, destruyó el pasaporte falso y utilizó su pasaporte real. El  3 de marzo, Silva ingresó a Santiago de Chile y quedó registró en el pasaporte 135.320 expedido por el consulado chileno en Houston.

Tras tres años de la muerte de Colosio, el empresario chileno informó que la misma noche del 1 de marzo, se comunicó con el candidato a su celular y le dijo que se iba del país por sugerencia de Córdoba pero que quería hablar con él.

Colosio le respondió “no, ya es muy tarde”. Silva dijo que no pudo olvidar esa frase y que de acuerdo con su interpretación, Colosio le dijo “si Córdoba te dijo que salieras de inmediato, ya no hay tiempo de que hablemos”, pero también pensó que le pudo decir “si vas a advertirme algo, ya lo sé. Ya es muy tarde, la suerte está echada”.

Este sábado 23 de marzo del 2013, se cumplen 19 años del asesinato de Luis Donaldo, y a pesar de que rondan en el aire las teorías de una conspiración de Estado, del gremio empresarial o del mismo narcotráfico, lo cierto es que la única persona que se encuentra en la cárcel es Mario Aburto Martínez, quien de acuerdo con las investigaciones oficiales, fue el que disparó dos veces al cuerpo del candidato, convirtiéndose en el único autor intelectual del crimen.

Octavio Paz escribió “hoy lucho a solas con una palabra. La que me pertenece, a la que pertenezco: ¿cara o cruz, águila o sol? Comienzo y recomienzo. Y no avanzo. Cuando llego a las letras fatales”. Hoy, mañana y siempre nos seguiremos preguntando: ¿Quién mató a Colosio?


jueves, 7 de marzo de 2013

Uno llegará a la Presidencia de la República


Uno llegará a la Presidencia de la República
Por Rodrigo Hernández López


No le quitó la vista ni un momento, una vez ceñida en su pecho, levantó la mano derecha y saludó a la audiencia. Alzó la vista, momentos después sus dos brazos se postraron por encima de sus hombros, sus ojos se llenaron de un brillo que sólo se hace presente cuando se conquista el éxito. 

La palabra México hacía eco en los muros del salón de sesiones del Congreso de la Unión inaugurado el 1 de septiembre de 1981, pudo más el grito del nombre del país, que las consignas de protestas por parte de la izquierda rival quienes gritaban; imposición.

México confió su futuro al pasado y decidió que la biografía presidencial se volviera destino nacional, el sistema político “muerto” en el año 2000 cuando el PRI perdió la Presidencia resurgió el 1° de diciembre, cuando Enrique Peña Nieto fue ungido como titular del Poder Ejecutivo.

La estampa recordaba aquella anécdota que retrata el momento en que Don Raúl se levantó llorando, y abrazó a su hijo. “Nos tardamos veinticinco años, pero llegamos”,  le decía al oído su hijo Carlos Salinas de Gortari. Esta vez sólo fueron 12 años, el mandato panista llegaba a su fin.

La escena era como una fotografía en blanco y negro, llena de contrastes. Al centro de la imagen Peña Nieto sonreía oficialmente era el Presidente de México. A su lado el ex mandatario  Felipe Calderón aplaudía y sonreía.

El segundo presidente panista en la historia de la nación, momentos antes de entregar la banda presidencial a Jesús Murillo Karam, presidente de la Mesa directiva del Congreso, besó el escudo nacional bordado en oro, el hecho generó aplausos y rechiflas.

Los personajes secundarios de la obra en sus curules, aplaudían y gritaban. Volaban billetes falsos, que hacían alusión a la compra de la Presidencia, gritos de Presidente, México, y sí se pudo retumbaban en el salón de plenos.

Al fondo del recinto se encontraban 2 mil 800 periodistas acreditados cubriendo la toma de posesión, estaban acompañados por el sonido de los flashes y los clics de las cámaras fotográficas.

Una lágrima rodó por la mejilla de un joven fotógrafo, justo en el momento en que Peña Nieto sonreía mientras le ponían la banda presidencial, levantó una vista taciturna, mirando la frase en letras de oro “La Patria es primero”.

En los albores de la mañana de aquel 1° de diciembre del 2012,  hubo protestas afuera de San Lázaro, enfrentamiento entre quienes cuestionan la legitimidad de Peña y las fuerzas del orden. Aquella batalla terminaría después en detenciones ilegales y la destrucción de inmuebles en la Alameda Central.

El 31 de diciembre de 1996 el Subcomandante Marcos, que se había levantado en armas cuatro años antes, decía “no habrá paz mientras el olvido siga siendo el único futuro”. Las escenas de violencia que se veían en la capital, recordaban aquella frase.

La ceremonia de poder inició cuando el aún Presidente Felipe Calderón entregó de manera simbólica la bandera tricolor al presidente electo Enrique Peña Nieto. Ahí México empezó a tener un nuevo titular del Ejecutivo.

Octavio Paz dijo alguna vez “ambos, el tlatoani y el presidente se amparan en la legalidad. Su poder es absoluto, casi sagrado, pero no residen en su persona sino en su investidura”.  El acto democrático se había cumplido.

Una vez concluida la sesión solemne, Felipe Calderón abandonó el salón, miró reflexivo el recinto, quizás en su mente hicieron eco sus palabras "haiga sido como haiga sido". Alguien le gritó asesino, en sus hombros lleva el peso de 88 mil muertos durante su guerra contra el narcotráfico.

A mediados de 1940 Francisca Castro Montiel profetizo “seis gobernadores saldrán de este pueblo (Atlacomulco). Y de este grupo compacto uno llegará a la Presidencia de la República”. El negocio del poder regresó a manos de la familia del poder, la profecía del Grupo Atlacomulco se había cumplido.





1° de diciembre del 2012, Enrique Peña Nieto tomó posesión como Presidente para el sexenio 2012-2018. Foto Rodrigo Hernández López.