viernes, 22 de marzo de 2013

La inoportuna muerte de un candidato


Por Rodrigo Hernández López


El velorio del candidato en el auditorio Plutarco Elías Calles del PRI.

Si no querían que fuera Presidente, ¿por qué tenían que matarlo?
-Porque Dios así lo quiso, mijita-
 ¿Qué Dios no quería que mi tío fuera Presidente?

Esas fueron las preguntas que pronunció Brenda Teresa Colosio Elizalde, en el templo de Santa María en Magdalena de Kino, Sonora, donde nació su tío, el candidato presidencial priísta Luis Donaldo Colosio, quien murió asesinado la tarde de un miércoles 23 de marzo de un año que ya pasó.

Para el imaginario colectivo al autor material del crimen fue nada más y nada menos que el entonces Presidente, Carlos Salinas de Gortari.

Para otros fue su contrincante político en ese entonces, Manuel Camacho Solís quien hiciera un berrinche luego de que el “destape” no le favoreció. Hay quien afirma que fue un atentado por parte del crimen organizado.

Colosio, Zedillo, Salinas y Camacho Solís, las sonrisas se quitarían. 

Las investigaciones que emprendieron  los fiscales especialmente designados a la investigación: Miguel Montes (marzo de 1994), Olga Islas (julio de 1994), Pablo Chapa Bezanilla (diciembre 1994) y Luis Raúl González Pérez (agosto de 1996), quedaron registradas en el Informe de la investigación del homicidio del licenciado Luis Donaldo Colosio y consta de cuatro volúmenes; I.- El crimen y sus circunstancias; II.- El autor material; III.- Posibles cómplices y encubridores y IIII.- Entorno político y narcotráfico.

El informe consta de 68 mil fojas, 174 tomos y mil 993 declaraciones  dentro de las que destacan la de los ex presidentes Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo; el dueño del periódico El Universal; Juan Francisco Ealy Ortiz; el periodista Federico Arreola; el ex jefe de gobierno Marcelo Ebrard y su padre político, Manuel Camacho Solís.

La triada del poder.

El famoso discurso que Colosio pronunció el 6 de marzo de 1994 en el marco del aniversario del PRI, fue tomado como un rompimiento entre el candidato y el Presidente Salinas. De acuerdo con el testimonio escrito que hiciera Salinas de Gortari en el marco de las indagatorias de la investigación muestra que para el Presidente no hubo sentimiento de ruptura:

Sobre el discurso que pronunció, y del cual se han querido hacer infundadas interpretaciones, me permito comentar lo siguiente: la historia de las campañas presidenciales del PRI muestra que los candidatos van tomando su propio perfil, lo que se refleja en sus pronunciamientos públicos. Luis Donaldo Colosio y yo comentamos en diversas ocasiones sobre los cambios y las adecuaciones que requería la estrategia de desarrollo. Él se proponía llevarlos a cabo. Sobre la oportunidad de pronunciarse sobre ellos, ésta se va dando durante las propias campañas. Yo mismo le hice llegar a Luis Donaldo el comentario, a fines de enero de 1994, que le convendría distanciarse más del gobierno, a pesar de que él se sentía tan comprometido con las políticas de la administración. Se me hizo saber que en la campaña había quienes no compartían la sugerencia sobre esa distancia. El mismo candidato era renuente a hacerlo, en gran medida por sus enormes cualidades de convicción, lealtad, buena fe y firmeza. En todo caso, aquel discurso que se  ha señalado como significativo de una separación o un distanciamiento nuestro, me lo hizo llegar antes de pronunciarlo y yo de ninguna forma me opuse a que procediera como él lo tenía dispuesto.

Aunque de acuerdo con la declaración de quien fuera el cronista de la campaña para el periódico La Jornada, José Ureña, sobre lo sucedido antes de que Colosio pronunciara el discurso en el Monumento a la Revolución, el candidato dejó ver que había una ruptura.

De acuerdo con el testimonio de Ureña, declaró que existía el rumor de que el Presidente Salinas asistiría al evento y le preguntó sobre ello a Colosio, a lo que Luis Donaldo contestó que “no, él ya no va a ir a ningún acto del partido” y que tras decirlo se mostró un sentimiento de tristeza en el rostro del candidato.

Ureña también afirmó que el periodista Miguel Reyes Raza le cuestionó “¿oiga, nada más  usted vio su discurso?” y él respondió que sí, que lo había terminado la noche del 5 de marzo.

Incluso Don Julio Scherer relató en su libro Estos años:
 ¿Conoció el presidente tu discurso antes de que lo pronunciaras?
-Espero que me comprenda-
¿Conoció tu discurso?
-No-

"El gran reclamo de México es la democracia", dijo el candidato el 6 de marzo. 

Incluso el hoy senador del PRI, Emilio Gamboa Patrón, declaró que el propio Colosio dijo en una ocasión “¿Qué le hecho yo al señor Presidente?”, en referencia al apoyo que le daban a Manuel Camacho Solís quien fue designado el comisionado para encontrar la paz entre el gobierno y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).

En 1997 el chileno Luis Eduardo Silva de Balboa, dio a conocer que presenció una reunión que se efectuó el 1 de marzo de 1994, en una casa en Las Lomas, donde estuvieron entre otros, José María Córdoba Montoya, Jefe de la Oficina de la Presidencia; el profesor Carlos Hank González; Raúl Salinas de Gortari y el empresario Claudio X. González.

De acuerdo con el empresario Silva de Balboa la reunión fue ríspida, de reclamos. Oyó decir “mira lo que está ocurriendo y lo que puede ocurrir si esto sigue”. Y que al jefe de la oficina de la Presidencia le dijeron “ahí tienes a tu gallo”, a lo que Córdoba respondió “no es mi gallo, es el candidato del partido”.

Y que además escuchó decir “ese hijo de la chingada, malparido, cabrón”, y que los reclamos iban entorno a la persona de Córdoba “tú nos metiste en esto, no vengas ahora a justificarte, no eludas tu responsabilidad”. En ese momento José María contestó “esto es algo que se puede arreglar”.

Luis Eduardo comentó que esa reunión había sido el momento más desagradable que le había tocado vivir en mucho tiempo y que oyó algo que no podría olvidar, que dijo Córdoba, “espero que cada uno de los presentes en esa reunión tenga un motivo para justificarse, llegado el momento”.

Silva de Balboa abandonó el país por sugerencia de Córdoba al día siguiente del cónclave en Las Lomas, quien le proporcionó un pasaporte falso para dejar México y un boleto de avión a Miami. Al llegar a territorio norteamericano, destruyó el pasaporte falso y utilizó su pasaporte real. El  3 de marzo, Silva ingresó a Santiago de Chile y quedó registró en el pasaporte 135.320 expedido por el consulado chileno en Houston.

Tras tres años de la muerte de Colosio, el empresario chileno informó que la misma noche del 1 de marzo, se comunicó con el candidato a su celular y le dijo que se iba del país por sugerencia de Córdoba pero que quería hablar con él.

Colosio le respondió “no, ya es muy tarde”. Silva dijo que no pudo olvidar esa frase y que de acuerdo con su interpretación, Colosio le dijo “si Córdoba te dijo que salieras de inmediato, ya no hay tiempo de que hablemos”, pero también pensó que le pudo decir “si vas a advertirme algo, ya lo sé. Ya es muy tarde, la suerte está echada”.

Este sábado 23 de marzo del 2013, se cumplen 19 años del asesinato de Luis Donaldo, y a pesar de que rondan en el aire las teorías de una conspiración de Estado, del gremio empresarial o del mismo narcotráfico, lo cierto es que la única persona que se encuentra en la cárcel es Mario Aburto Martínez, quien de acuerdo con las investigaciones oficiales, fue el que disparó dos veces al cuerpo del candidato, convirtiéndose en el único autor intelectual del crimen.

Octavio Paz escribió “hoy lucho a solas con una palabra. La que me pertenece, a la que pertenezco: ¿cara o cruz, águila o sol? Comienzo y recomienzo. Y no avanzo. Cuando llego a las letras fatales”. Hoy, mañana y siempre nos seguiremos preguntando: ¿Quién mató a Colosio?


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