lunes, 22 de noviembre de 2010

El modelo que fue y así nos fue

Cualquier bolero tiene una interpretación política escribe un personaje ficticio de la novela La Silla del Águila del  escritor Carlos Fuentes.  Y hablar de cualquier tema en México, irremediablemente tiende a coincidir en algún punto con la figura presidencial. En economía, no es la excepción.

El análisis del régimen que gobernó al país tras la Revolución fue tema de numerosos debates, muchos de esos debates, dieron como resultado los mejores textos críticos sobre el sistema, como El Ogro filantrópico de Octavio Paz, El estilo personal de gobernar de Daniel Cosío Villegas, La Presidencia Imperial de Enrique Krauze y la Economía Presidencial de Gabriel Zaid. Este ultimo da una profecía que asusta, de seguir las líneas prevalecientes en los setenta, el país enfrentaría la más severa crisis económica de su historia.

México actualmente ocupa el lugar número 14 de las economías mundiales, en 1982 ocupaba el octavo sitio. En 1997 en una familia con cinco integrantes bastaba con que dos personas trabajaran para cubrir las mínimas necesidades, en el periodo de 1983 a 1990 se modificó la balanza, pues en la misma familia de cinco integrantes tenía que trabajar el mismo número de personas, y en el periodo entre 1990 al 2005 para satisfacer las necesidades de esa familia era necesario que trabajaran 7 personas para satisfacer las necesidades de los cinco. Es decir dos por cinco, cinco por cinco y siete por cinco.

Las políticas neoliberales aplicadas en el año de 1983 al 2009 dieron como resultado que el crecimiento del Ingreso Per Capita [IPC] fuera de 0.5%, mientras que un comparativo con el periodo de 1934-1981 daba un ingreso del 3.2%.

Hace tiempo que el Estado debió haber seguido políticas que en la práctica –no en los discursos o la ideología- beneficiasen a las mayorías escribió Zaid, y hoy después de 100 años de políticas impulsadas para que se le hiciera justicia al pueblo, el resultado de estas no son palpables en la sociedad, aún cuando se aprobó el Presupuesto de Egresos de la Federación [PEF] 2011 con total de 3 billones 483 miil 895.5 millones de pesos.

Caso curioso es el de la canción La toma de posesión del cantante Óscar Chávez que se refiere al ex Presidente José López Portillo, en ella se oye más que tipos de cambio queremos cambio de tipos y esto sería una crítica menor pero contrasta cuando lo comparamos cuando en días pasados el ex director del Banco de México [Banxico] y ex titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público [SHCP], Guillermo Ortiz Martínez,  al término de una cátedra en la Universidad Anáhuac contestó yo creo que fue un error haber propiciado que 80% del sistema financiero esté en manos de bancos extranjeros.

La clase política deberá de repensar el rumbo que deberá tomar la economía mexicana después de sufrir el catarrito en 2009, tal y como lo afirma el presidente del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas [IMEF] Gustavo Rodarte quien señaló que los proyectos se autorizan en función de la siguiente elección y no de la siguiente generación.

Dice el refrán no hay fecha que no se cumpla ni plazo que no se llegue y en México se tiende a contar las fechas y los plazos bajo un sólo calendario el de las elecciones presidenciales, no por nada la aprobación del presupuesto tuvo como principal negociador al priísta, Luis Videgaray presidente de la Comisión de Presupuesto en la Cámara de Diputados, quien en una entrevista al diario Impacto señaló que antes que economista es priísta, la declaración no tendría nada de extraño pero cuando viene uno de los hombres más cercanos al gobernador mexiquense Enrique Peña Nieto, quien es puntero en las preferencias para la sucesión del 2012, toma otros tintes.

Peña Nieto es “hijo político” del expresidente Carlos Salinas de Gortari, el hombre que dio modificaciones sustanciales a la política económica de la década de los noventa, el es hombre más odiado políticamente hablando de los últimos tiempos, el villano favorito de Andrés Manuel López Obrador, por eso hablar de cualquier tema en México siempre en algún momento termina tocando la figura presidencial.

No por nada el historiador Enrique Krauze tituló en La Presidencia Imperial al referirse sobre el sexenio de 1988-1994 lo tituló como el hombre que quiso ser rey, no es coincidencia [porque en política no existe tal tangente] que en la edición especial número 30 de Proceso en el prologo se lea pretende romper la maldición histórica de Plutarco Elías Calles, el fundador de su partido: busca erigirse en el incuestionable Jefe Máximo de todos los grupos priístas y ser el artífice del retorno al poder del PRI en 2012.

Por eso cuando se habla de economía política en México, valdría la pena modificar la frase que en 1973 el entonces Presidente Luis Echeverría sentenció al afirmar que la economía se maneja desde Los Pinos.


El águila y la serpiente…la democracia sigue encabezando las preferencias para que sea la palabra más usada en el discurso político, la portada de Milenio del 21 de noviembre lo explica mejor. La tierra y la justicia siguen en la espera, tendremos que esperar 100 años más ¿?