martes, 25 de mayo de 2010

Los símbolos del poder

Octavio Paz dijo alguna vez “ambos, el tlatoani y el presidente se amparan en la legalidad. Su poder es absoluto, casi sagrado, pero no residen en su persona sino en su investidura”.



Para entender la cultura del presidencialismo mexicano es necesario hablar de los mitos, somos una nación que tiene sus objetos sagrados y el objeto más representativo es la silla presidencial.


La silla presidencial es el objeto donde el poder emana, es ahí donde el HOMBRE dirige los destinos de una nación. En México el deporte favorito de nuestra clase política es el de la carrera presidencial. Y sentarse en la silla es la conclusión de las ambiciones de todo político.


Es ella quien da la legitimidad, quien se sienta en ella es el que manda, es ahí donde bajo las alas del águila se toman las decisiones históricas del país, con las cuales los hombres que ocupan ese lugar tienen dos caminos; son odiados o amados.


Nuestra clase política ha traicionado, mentido y asesinado por ocupar el lugar de la oficina número uno del país, no por nada nuestra historia es un mar de sangre, forjada como dice nuestro himno nacional: al grito de guerra. Caudillos, salvadores y mesías, han anhelado poder estar ahí, sentados en esa misteriosa silla, la compañera por seis largos años, amiga, consejera y confesionario, de los hombres de poder.


Solo ella ha conocido los tragos amargos, el envejecimiento, desesperaciones, júbilos y quizás hasta el llanto del encargado en turno del Poder Ejecutivo. Ella sin duda ha sido testigo silenciosa de las páginas más obscuras de la historia política. No por nada el Presidente Gustavo Díaz Ordaz decía que “desde ahí es posible sentir cuando el pueblo está satisfecho, airado, exigente, solidario, indiferente o frío”, no por nada el que se sienta ahí representa a la nación mexicana.


Cuántas cosas nos podría decir el águila, cuantas respuestas sabríamos, con cuánta precisión nos dejaría ver el mundo del poder y él hombre.


Hoy como ayer y como mañana la silla ya se encuentra en juego. Y hoy no sólo está en juego la silla y la banda nacional. El año 2012 es un futuro pero un futuro que nos acerca día con día al pasado.


A veces se nos olvida que somos un país de mitos, y que los hombres responden a las circunstancias y a sus miedos...y esos miedos y esos mitos nos han llevado a pensar que el Presidente es el único responsable de los destinos del país. Hoy ya no son los tiempos como dicen los Tigres del Norte de entregarle las llaves al sucesor de la tienda, pero parece que todo nos lleva de regreso, al punto de origen.


Debemos pensar hoy sobre el futuro del sistema político y de sus gobernantes, pues el PRI y todo la maquinaria vienen por el “carro completo” y entonces la pregunta que deberíamos hacernos no es por qué regresan sino qué hicimos mal cuando la alternancia llegó o es que no estamos listos ya han pasado varias décadas desde que Porfirio Díaz dijo que México estaba listo para la democracia y hoy parece tan lejana como cuando lo dijo.


En dos años veremos quien ocupa la silla y el águila ya empieza a contar las horas para poder susurrar sus secretos y consejos al hombre...al hombre de la investidura.

1 comentario:

Espacio Nacional dijo...

Los símbolos del Poder en México, como los semejantes símbolos de Poderes en todo el mundo,creo, han sido trastocado por los mismos actores de éste, pues no puedo estar más de acuerdo con que el Poder reside en la Investidura y no en las personas.
De ahí radica ese objetivo enfermizo del cual habla Rodrigo Hernández López; de la mayoría de los políticos en sentarse en la Oficina Nº 1 de cada país y pasar a la historia, sin importar mucho en qué grado de aceptación, pues han perdido la brújula, el sentido y la responsabilidad inmensa que constituye el dirigir a un pueblo, a un país, a seres humanos, que esperanzados, luchan día a día por un destino mejor, con menos desigualdades y mayores oportunidades para todos.
El fenómeno aquí descrito, no es sólo privativo de México, pues en Latino América se da cada vez que los países deben elegir a sus dirigentes y nosotros los votantes, no queremos aprender la lección y pisamos a diario el palito de la ingenuidad, al creerles el cuento a los políticos, que en definitiva, viven de nosotros, sus dirigidos. Es más, yo diría que a la inmensa mayoría de ellos, les importa un bledo el escrutinio público de sus actitudes y acciones como gobernantes; sólo les interesa su propia conveniencia y personal proyección, pues partieron equivocados, como se dijo al principio. Confundieron el poder con la persona y no con lo que significa regir los destinos de una nación.
En tanto, los políticos no cambien su manera de ver y hacer la política, estas situaciones se continuarán repitiendo cada sexenios, quinquenios, cuatrienios, etc. según corresponda a lo cada Nación se ha determinado.
Luego, es hora de una profunda reflexión, de manera seria y sin pasiones que debemos hacernos los ciudadanos a la hora de elegir a nuestras autoridades.
¿Será que efectivamente es buena esta propuesta, que se nos están presentando? ¿Será que sus ideas son posibles de llevarlas a cabo realmente? ¿Será que lo que estamos escuchando no es más que demagogia sucia y barata?
Es decir, ser críticos y honestos con nocotros mismos y los nuestros, pues, como alguien dijo alguna vez..."Cada pueblo tiene las autoridades que se merecen...".
¿No será que nosotros tenemos una inmensa cuota de responsabilidad e irresponsabilidad por no haber elegido bien? ¿Por qué tenemos que exigir lo que nosotros sabíamos a ciencia cierta que eran sólo promesas y nada más? ¿Es que acaso no tenemos, la suficiente capacidad para distinguir entre lo real y lo demagógico?
Como conclusión creo que primero que nada debemos aprender a respetarnos, a valorarnos, a querernos y una vez que lo aprendamos y lo llevemos a la práctica,seremos capaces de elegir bien y dejarnos conducir conforme a nuestros intereses e ideales. Si no obramos de esta manera....se hundirán los corchos, flotarán las piedras y nosotros seguiremos eligiendo a los mismos ineptos de siempre. Y si es así...seamos responsables de nuestra pasividad e irresponsabilidad y no lloremos...pues sólo tenemos lo que nos merecemos....y el águila mexicana, el Huemul y el Cóndor chileno, y todos los simbolos de los paises americanos seguirán guardando esos secretos - que deben ser súper interesantes - de cada pelafustán que a ocupado el primer sillón en nuestras Repúblicas.
Ya tenemos doscientos años...
¡¡¡ aprendamos pues !!!